La planificación estratégica simple
Dr. Moisés Riffo Arteaga
La planificación consume tiempos que suelen ser escasos en aquellos que
dirigen. Sin embargo la planificación es lo que más necesita una empresa para
poder construir a mediano y largo plazo.
Estos ocho pasos pueden resultar en una guía adecuada para aquellos
emprendimientos en donde el liderazgo no posee la posibilidad de tener un
equipo de planificación y estrategias.
1. Mantener las cosas simples,
pero no demasiado.
Hay que determinarse a escribir el plan de trabajo.
Mientras no lo hagamos estaremos perdiendo tiempos preciosos de avances.
Al menos cuatro cosas deberíamos considerar y respondernos en un
documento.
A. ¿Dónde estamos hoy?
- Esto es analizar la situación y verificar que
estemos cumpliendo los objetivos y las metas.
- Si no las tenemos, ¡hay que ponerse a
trabajar!
B. ¿Dónde queremos ir?
Aquí es donde nos formulamos la estrategia.
Ver la visión, revisar si tenemos los recursos necesarios para llegar
hasta allí.
C. Planificar la implementación de
nuestro programa.
- ¿Cómo llegaremos allí?
- ¿Cuál es el plazo que tenemos?
- ¿Quiénes son los responsables de cada cosa?
- ¿Cuánto nos costará?
D. La estructura es necesaria,
pero el sistema lo es todo.
- La estructura nos permite tener el marco
jerárquico, pero es solo el esqueleto.
- El sistema es la suma de los procesos
que hace que nuestra empresa se desarrolle.
- Un sistema aceitado, sano, bien tratado y
revisado periódicamente le dará vida a nuestro emprendimiento.
2. Crear una visión inspiradora.
Un plan estratégico se construye sobre la base de una visión de futuro
que orienta y da vigor a la organización.
El desarrollo adecuado de la visión debe orientarse en al menos cinco
ejes. (Estos los ampliaré en otra ponencia más adelante)
- Los líderes.
- La responsabilidad
- Las personas
- La ejecución
- La cultura
3. Plantear solo un número
limitado de metas.
Estas deben estar claramente definidas y publicadas.
Debe haber un claro acuerdo de ser puesta en práctica.
Si las metas no toman formalidad, solo quedan en buenos deseos que nadie
cumplirá.
Las metas deben ser:
- claras
- medibles
- posibles
- pertinentes a la visión
- de duración especifica
4. Mantener buena información.
- ¿En qué somos buenos?
- Procuremos ser más buenos en lo que somos
buenos.
- Sepamos que hace la competencia en ese mismo
segmento.
- Marquemos prioridades para nosotros.
5. Desarrollemos un plan de
acción.
Esto significa tener por escrito:
- Tareas.
- Plazos.
- Responsabilidades
- Accesos a la información
- Mantener a cada departamento alineado con la
visión y el plan de acción
6. El plan estratégico no debe
volverse una prisión.
- Que este escrito, publicado, conocido y
formalmente aprobado es necesario para el inicio y el seguimiento.
- Pero si lo transformamos en un dogma rígido
puede aprisionar la visión o ver la realidad completa.
- Determinemos cumplir el plan, pero
verifiquemos que las condiciones iniciales que lo formó sigan siendo las
mismas.
- Si las condiciones que dieron origen al plan
cambiaron. Cambie también el plan.
7. El sistema y el proceso es
importante.
- El sistema interconecta las partes y nos
permite tener integridad en la visión y el desarrollo del plan
estratégico.
- Conocer y revisar periódicamente los procesos,
nos permite estar en la mejora continua.
- El qué y el cómo deben ir de la mano para
saber si estamos enfocados.
8. Cuide lo detalles.
- El poder tener los aspectos controlados es una
gran ventaja en la planificación y la estrategia.
- Puede resultar tedioso el escribir, visualizar
y saber cómo seguiré y controlare ese aspecto, pero sin ese detalle, puedo
perder el control de los procesos mayores.
Esta pequeña guía le puede ayudar a usted y un grupo de colaboradores a
generar sus planes de trabajo. Primero póngase metas cortas a 3 o 6 meses y
verifique mensualmente su desarrollo.
Con el tiempo formará parte de su cultura de emprendedor y los
resultados podrán ser observados y disfrutados, alentándonos a seguir adelante.
¡Póngase en marcha!
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